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28 Pero, en cuanto eran liberados,
    volvían a hacer lo que te ofende;
tú los entregabas a sus enemigos,
    y ellos los dominaban.
De nuevo clamaban a ti,
    y desde el cielo los escuchabas.
¡Por tu inmensa compasión
    muchas veces los libraste!
29 Les advertiste que volvieran a tu ley,
    pero ellos actuaron con soberbia
    y no obedecieron tus mandamientos.
Pecaron contra tus normas,
    que dan vida a quien las obedece.
En su rebeldía, te rechazaron;
    fueron tercos y no quisieron escuchar.

30 »Durante años tuviste paciencia con ellos;
    con tu Espíritu los amonestaste
por medio de tus profetas,
    pero ellos no quisieron escuchar.
Por eso los dejaste caer en manos
    de los pueblos de esa tierra.

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